Pogen.- La estadounidense HEB ha sido una de las pocas cadenas de supermercados que desde las primeras semanas del brote de coronavirus se aseguraron de implementar medidas de distanciamiento, limitar sus horarios o garantizar el abasto de productos.
No solo eso: limitaron el número de artículos de venta por persona, agregaron una línea directa para sus empleados que necesitaran asistencia y aumentaron su sueldo 2 dólares por hora.
Es un caso de éxito ante la pandemia. ¿Cómo lo lograron? Texas Monthly consiguió las respuestas:
“Llevamos bastante tiempo trabajando en nuestro plan de pandemia e influenza, desde 2005, cuando tuvimos la amenaza de H5N1 en el extranjero, en China”, aseguró el director de preparación para emergencias, Justen Noakes, a la revista estadounidense Texas Monthly. “En 2009 usamos ese plan en respuesta al H1N1, cuando la gripe porcina llegó a Cibolo (Texas), y lo refinamos, lo convertimos en un plan de influenza. Continuamos revisándolo y ha sido parte de nuestro plan de preparación en HEB desde entonces”.
El presidente de la cadena, Craig Boyan, aseguró al medio que durante todo el año HEB está en un constante estado de preparación para diferentes emergencias.
“Mantenemos suministros de emergencia en casi todos los almacenes y tenemos agua y otros suministros organizados y listos para ser almacenados para asegurarnos de que estamos preparados para cuando surja una crisis, ya sea un huracán o una pandemia”.
“Desde enero hemos estado en contacto con varios minoristas y proveedores de todo el mundo (…) Hemos estado en contacto cercano con los minoristas en China, informándonos sobre lo que sucedió en Wuhan en los primeros meses y qué tipo de lecciones aprendieron. En los últimos meses hemos estado en contacto con algunos de nuestros minoristas y proveedores italianos, entendiendo cómo han evolucionado las cosas en Italia y ahora en España”, explicó Boyan.
“Los minoristas chinos han enviado información bastante exhaustiva sobre lo que sucedió en los primeros días del brote: cómo eso afectó a los supermercados y los minoristas, cómo afectó a los empleados y cómo las personas abordaron la desinfección y el distanciamiento social; cómo la cuarentena ha afectado la cadena de suministro, o cómo cambió el comportamiento de compra a medida que el virus avanzó”.
Michael Leas, de control de stocks, aseguró a Texas Monthly que todos los empleados fueron informados y preparados ante esta situación, y que su equipo de trabajo de noche no ha hecho quejas y tiene la mejor disposición para trabajar: “Se nota que entienden que no es nuestra culpa; esto es solo algo que está sucediendo”.
El Centro de Operaciones de Emergencia en HEB, contó Noakes, está formado por las áreas más impactadas de la compañía, cuyos líderes se reúnen todos los días para tomar decisiones y trabajar en conjunto. Eso es casi todas las áreas de la empresa, por lo que en este momento “están pasando muchas cosas” en este centro de operaciones.
Sin embargo, hay algo que la cadena con más de 300 tiendas y más de 56,000 empleados no pudo prever: la demanda del papel higiénico.
“No creo que nadie haya visto venir el furor por el papel higiénico”, apunta Noakes, quien coincide con Boyan: “eso fue algo que todavía nos cuesta entender.”
Con información de Texas Monthly.