De los millenials todo está dicho. Han sido analizados hasta el cansancio, y en el tiempo que nos tomó descifrarlos ellos envejecieron y empezaron a ceder el escenario al siguiente grupo de jóvenes que vienen a movernos el piso.

Conocida como la Generación Z, está conformada por todos aquellos que nacieron entre 1995 y 2015. Suena a que todavía son muy jóvenes para ser relevantes, pero los miembros más viejos de esta generación ya tienen 22 años y empiezan a contar con poder adquisitivo.

Son completamente diferentes a la generación previa, lo cual, por supuesto, afecta sus hábitos de consumo y plantea nuevos retos en el mundo de las ventas, desde los publicistas hasta los retailers tienen que cambiar su forma de pensar para empezar a adaptarse a las nuevas tendencias.

Estos jóvenes son independientes, vivieron la Gran Recesión del 2009 y han visto como su padres y hermanos mayores han sido tratados por el mundo laboral. Saben que el mejor camino para alcanzar lo que desean es construirlo por ellos mismos. Son menos propensos a poner en riesgo su salud, lejos ha quedado la época en que prender un cigarro era cool, pero es más fácil para ellos correr el riesgo de iniciar un negocio por si mismos o intentar materializar una idea.

Estos chicos simple y llanamente no recuerdan una época antes del internet. Aunque sin duda cuando nacieron nada de esto era necesariamente común, a lo largo de su vida la tecnología se convirtió en una constante, haciéndoles creer que todos los servicios que obtienen deben ocurrir de manera casi instantánea para satisfacer sus deseos.

La tecnología y la facilidad que brinda para entrar en contacto con personas provenientes de distintas partes del mundo, le ha dado a la Generación Z un sentido de globalidad del cual es difícil separarla. Los miembros de esta generación esperan diversidad cultural.

Esto también los lleva a querer cambiar al mundo, esperan cierto grado de justicia social y oportunidades para todos. Varios estudios muestran que la Generación Z busca trabajos que impacten positivamente ya sea a su comunidad o al planeta. Esto es algo que se transfiere a las marcas que consumen, así que siempre buscarán aquellas que perciban como responsables.

Aunque pudiera parecer que no está relacionado al mundo de las compras los valores se han convertido en un eje central para estos jóvenes. Serán leales a las marcas y tiendas que representen aquello en lo que creen, no sólo a través de publicidad y palabrería sino con acciones concretas. Esto se vuelve interesante ya que nos ayuda a darnos cuenta que la Generación Z espera cierta lealtad de regreso, vamos, ellos van más allá de la fidelidad ciega y esperan cierto comportamiento por parte de sus marcas.

Estos chavos viven bajo el foco de las redes sociales, lo que hace que ellos no esperen verse como los demás si no ser únicos en todos los aspectos que los caracterizan. Su huella digital no puede ser una copia de la de alguien más, es por esto que hasta donde les es posible buscan productos únicos y experiencias personalizadas que los hagan sentirse y verse diferentes tanto en el mundo real como en línea.

Realmente todavía es difícil poder asegurar las características que terminarán por definir a la Generación Z, pero ya podemos empezar a darnos una idea de cuáles serán los aspectos clave para conectarse con este mercado. Aún tenemos que esperar pero una cosa es cierta, su contacto con la tecnología, sentido de justicia, y deseo por emprender nos obligarán a cambiar completamente nuestras estrategias para la publicidad, el marketing y la ventas.